miércoles, 5 de diciembre de 2018

Cumpleaños y elecciones

Mañana cumple la señora cuarenta años y bien merece un brindis de felicitación, aunque solo sea porque ya es la segunda más longeva en los doscientos años que llevamos desde la llegada del Nuevo Régimen, o sea, desde que la evolución del pensamiento político y social estableció la necesidad de crear un vínculo entre la ciudadanía y el Estado. Cuarenta años es todavía una edad casi impúber para una Constitución, pero la velocidad de transformación de los tiempos que vivimos aconseja echarle una mirada y ver qué costuras están más tirantes para darles una mayor flexibilidad. Ha llevado hasta hace poco una vida más bien plácida, rodeada del respeto general y sin apenas intervenciones en su cuerpo más allá de algún pequeño retoque, aunque tuvo también que vérselas con quienes trataron de destruirla, y entonces todos nos dimos cuenta de su valor y de la necesidad de protegerla, porque al otro lado sólo hay vacío. Sin embargo, en estos últimos años está siendo objeto de torvas miradas, criticada y malquerida por quienes más le deben, cuestionada abiertamente por algunos políticos de la nueva hornada que hasta amenazan con abrirla en canal para cambiarle sus entrañas, e incluso violada de forma más o menos ladina por sectores de los poderes locales, que están donde están gracias a ella. Tratan de encontrarle achaques sin cuento y no hacen más que proyectar sobre ella su propio arsenal de rencores; le ponen adjetivos que buscan su desprestigio y la invocan luego como cobijo cuando amenaza alguna tormenta. Sí, puede que necesite algún repaso de actualización porque nada es inmóvil, y menos las ideas. Pues cambiémosla en todo aquello que la haga a ella más fuerte y a nosotros más seguros ante los intentos de quienes se acogen a su amparo para destruirla, y brindemos con un vino generoso por su cumpleaños deseándole muchos más.
Casi al mismo tiempo, el mar político se ha revuelto en Andalucía tras las elecciones del domingo, aunque más que revuelto lo que está es desconcertado al encontrarse con que las líneas teóricas que dirigen la percepción de los políticos no coinciden con las que dirigen la voluntad de los ciudadanos. A pie de calle, en el convivir cotidiano de los pueblos afectados por problemas específicos, cuando la vida de siempre se ve alterada de pronto por elementos ajenos o cuando aquello que se siente como propio es relegado, si no despreciado, la visión de la solución cambia de perspectiva. Se modifican los principios que hasta entonces parecían firmes y se comienza a escuchar otros cantos que hasta ahora se rechazaban sin más. En Andalucía han votado en gran número a un nuevo partido que ha incorporado a su programa lo que se comenta en familia o en la charla con los amigos en el bar, lo que a menudo se oye en la calle y lo que muchos piensan en privado y otros muchos no se atreven a decir por aquello de la dictadura de la corrección política. Habrá que ver qué proyección posterior pueda tener, pero sobre todo habría que estudiar de forma desapasionada y sin condicionantes partidistas los motivos de esta afloración tan exitosa. Porque desde luego los hay, y algunos están en la mente de todos.

No hay comentarios: