miércoles, 28 de diciembre de 2016

Buenos augurios

Siempre había sido un devoto de los videntes. Necesitaba complementar el presente con el conocimiento del futuro; no podía concebir que alguien pudiera vivir sin que le preocupara el porvenir. Si alguna vez la lógica de la razón amenazaba con tambalear su fe, la regeneraba sobre la base de su propia necesidad, que es la fuerza de sustentación más poderosa. Como siempre por estas fechas, fue a que su vidente preferido le desvelara por qué escenario habrían de discurrir sus pasos en el año que iba a comenzar. A esas horas de la mañana, el vidente, con su melena encrespada y su barba mosaica, parecía aún más digno de todo crédito, como si de su figura no pudiera salir otra cosa que la verdad. Desde luego, nada más alejado de la idea de un charlatán boquivano.
  -Podemos empezar por el día de hoy, si te parece, que es lo que se me presenta con mayor nitidez. Veo que vas a tener una jornada llena de buenos sucesos, uno de esos días que parece empeñado en que todo te salga bien. Alguien te ha mirado con buenos ojos. Vas a ver, por ejemplo, a un joven que cede el asiento a una señora mayor en el autobús, que un policía pone una multa a un motorista por el ruido que hace su moto y a otro que llama la atención a unos mozalbetes por destrozar un banco del parque, y hasta vas a encontrar a un ciclista que respeta las señales de tráfico. No me digas que no es un día excepcional.
Le pareció ver que el vidente tenía en la cara un amago de media sonrisa que nunca le había visto, pero lo olvidó cuando lo vio volver a concentrarse con las manos en las sienes y la mirada fija en el vacío:
-También el año se me aparece con buen tono. En tu caso, veo que tus hijos encontrarán un trabajo estable, y que el juez de familia que lleva el divorcio de uno de ellos hará algo insólito: fallar en contra de la mujer. Para el país veo sosiego y ganas de evitar la crispación y de trabajar juntos. Los políticos tratarán de fortalecer la conciencia nacional y el orgullo de lo nuestro; los nacionalistas dejarán de mirarse tanto el ombligo y colaborarán en el progreso conjunto de España; los sindicatos se plantearán renunciar a sus subvenciones para poder dedicarse sin ninguna servidumbre a su función de defender a los trabajadores; las cadenas de telebasura comenzarán a recuperar el concepto de la dignidad y prometerán emitir de vez en cuando algún programa que no haga sentir vergüenza ajena; incluso la Sexta podría dar alguna buena noticia sobre España; los del cine y la farándula dejarán de tenerse a sí mismos por "los de la cultura" y de escudarse en el IVA para justificar su falta de conexión con el público. Y los partidos se pondrán de acuerdo para tener una ley de educación eficaz, igualitaria, de ámbito nacional y aceptada por todos.
-Qué país tendríamos si todo fuera como dice. ¿De veras lo ve así?
-¿Y por qué no? Si todos queremos puede ser posible.
El vidente esbozó una sonrisa entre las barbas y entonces él se dio cuenta del día que era antes de que el otro añadiera:
-De todos modos esto solo te lo puedo decir hoy. Si vinieras mañana te diría algo diferente.

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