miércoles, 8 de noviembre de 2017

Las matemáticas

Vaya, por fin alguien de su mismo gremio viene a darnos la razón a los que siempre creímos que las matemáticas son una condena inútil e innecesaria para nuestros niños, más allá de los cuatro conceptos básicos que sí pueden resultar útiles en la vida diaria. Lo ha dicho el matemático Conrad Wolfram, de la Universidad de Cambridge: "Las matemáticas tradicionales ya no tienen sentido y probablemente el 80% del contenido de la asignatura no es útil y nunca lo usarás fuera del aula". No es que sea precisamente una afirmación original ni innovadora -cualquiera puede llegar a ella solo con ver su propia experiencia-, pero el caso es que nunca, en los despachos donde se decide la formación de nuestros hijos, ha habido alguien que haya creído conveniente tenerla en cuenta. Claro que lo que piensa este matemático no es que no sea necesaria su enseñanza, sino que ha quedado desfasada, porque se parte del error de confundir matemáticas con cálculo: "Las matemáticas son mucho más que el cálculo, aunque es comprensible que durante cientos de años se le haya dado tanta importancia, pues solo había una forma de hacerlo; a mano. Las matemáticas se han liberado del cálculo, pero esa liberación todavía no ha llegado a la educación. Ahí me planteé por qué obligamos a los estudiantes a dedicar tantos años de su vida a aprender lo que un simple móvil resuelve en segundos".
La crítica de Wolfram es solo de carácter metodológico, pero al menos se reconoce su inutilidad más allá de lo elemental. "¿Cuándo fue la última vez que multiplicaste 3/17 por 2/15?", pregunta como ejemplo. Pues hace mucho, profesor, toda una vida; desde los lejanos y felices años de la niñez, que sin eso habrían sido más felices, y desde luego pudimos vivir hasta ahora sin volver a multiplicarlos. Y no, tampoco, al menos yo, he vuelto a poner una vela en al altar de San Polinomio ni hecho ninguna visita al amigo Ruffini. Yo estoy de acuerdo con lo que otro matemático, John Allen Paulos, pensaba de ellas: "Las matemáticas son el modo por excelencia de disfrazar de seriedad afirmaciones carentes de contenido objetivo". Lo escribe entre medias sonrisas en El hombre anumérico.
Que las matemáticas sean consideradas una asignatura troncal, imprescindible, básica y cardinal en la enseñanza general, cuando debería ser un área de conocimiento exclusivamente vocacional más allá de sus fundamentos elementales, es uno de los aspectos más asombrosos de este y de la mayoría de los sistemas educativos. Todos ellos coinciden en que el objetivo último de cualquier acción en materia de enseñanza es conseguir una formación integral de la persona que le permita afrontar con el gozo del conocimiento todos los aspectos de la vida. Y mientras tanto, a nuestros jóvenes se les obliga a aprender saberes tan necesarios como factorizar polinomios y apenas se les enseña a entender aquello que sí van a encontrar en cuanto salgan a ver mundo: un monumento, un cuadro, un paisaje, un concierto o un pensamiento existencial. Frente al poderoso dominio de las matemáticas, qué pueden hacer la historia del arte, la música, la naturaleza o la filosofía con su humilde hora semanal, si es que la tienen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lujo leer este articulo. En primer lugar porque ne siento totalmente identificada y en segundo lugar por como esta escrito. De estas cosas se compone el dia a dia, de leer, de escuchar buena musica, de viajar comprendiendo lo que ves.

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo. Cada uno debería ser capaz de elegir lo que realmente sea vocación para él/ella. Otro día más, un genial articulo.