
En esta pesadilla que viven los padres cada año intervienen muchos elementos enlazados entre sí: los que deciden los textos en los despachos; las administraciones, que miran para otro lado como reconociendo su incapacidad para conjugar los intereses de todos; los profesionales que en última instancia deciden la metodología a seguir en la enseñanza de la asignatura; y, a la cabeza de todos, las editoriales, al fin y al cabo empresas con una cuenta de resultados. Una cadena de eslabones participando de este desaguisado, unos por omisión y otros haciendo su agosto en septiembre. Y por encima, ese vaivén cambiante de métodos de enseñanza, que es como una confesión: después de tantos planes de estudios, tantas reuniones de pedagogos y tanta experiencia acumulada, aún no se ha encontrado la forma de enseñar ni siquiera las asignaturas menos variables en su contenido. No importa, porque los padres jamás regatearán ningún sacrificio por la formación de sus hijos, y mientras se pueda convertir ese sacrificio en ganancia, pues a ganar todos. Menos los padres.
Si además tienen hijos en Primaria, este mes se convierte en un verdadero septiembre negro. La lista interminable de adminículos que se exigen como material escolar y que se une a lo ya desembolsado por los libros de texto, viene a ser el colofón de la sangría de este dichoso mes, teñida a veces de angustia callada y sacrificios escondidos. Se dan explicaciones, claro, pero están más cerca del propósito de informar que de la finalidad de convencer. Se presenta siempre la formación del niño como el punto supremo al que se dirigen todos los esfuerzos, faltaría más, pero en este objetivo no se contempla el camino menos costoso, a pesar de que no vivimos tiempos de vino y rosas. No estaría mal que los responsables del sistema educativo se convencieran de que el ejercicio de desarrollar las facultades intelectuales y morales de un niño, educar, no guarda una relación estrictamente directa con el grado de abundancia de soportes materiales. Y que antes de pedir a boca llena echasen una mirada fuera de las aulas.
1 comentario:
Que falta hacen mas articulos asi. Que lujo el que alguien con tanta calidad, claridad, sensibilidad y concision exprese lo que tantos sentimos. Gracias por compartirlo y enhorabuena.
Publicar un comentario