miércoles, 22 de diciembre de 2021

Feliz Navidad

Feliz Navidad a los que quieren borrar este nombre de nuestro mapa de los sentimientos y cambiarlo por el de fiesta, solsticio y ocurrencias así. Que se atrevan a mirar a su alrededor con ojos limpios de resabios y comprenderán que hay ideas con un espíritu tan poderoso que pretender luchar contra ellas es como querer dar puñetazos al sol. Y el eco de lejanas campanillas y de entrañables evocaciones infantiles seguramente estará al acecho en algún escondrijo de su mente.

Feliz Navidad a los que el virus hundió en el dolor de una despedida, a los que sufren en una cama de hospital y a los que han tenido que alterar sus vidas por el temor y la incertidumbre, o sea, a todos nosotros. A los refugiados que tiritan en el bosque helado ante la alambrada que no traspasarán o en la playa a la que nunca llegarán. A los que se han tenido que acostumbrar a vivir sin esperanza. A todos los que dedican algo de su saber y de su tiempo a ayudar a otro, sin darse cuenta quizá de que son la base más noble y valiosa de la sociedad.

Feliz Navidad a los que vieron cómo el volcán enterraba para siempre bajo una montaña de lava infernal el trabajo de su vida, la casa, los recuerdos, el presente y el futuro. Todo lo que tenían, menos su dignidad y su mirada resignada. Que algún brote de vida surja pronto entre las cenizas como símbolo de esperanza y, mientras tanto, que se cumplan las promesas y las ayudas no se hagan de rogar.

Feliz Navidad a los políticos de buena voluntad que piensan ante todo en el bien común. Que el viento de las urnas se lleve cuanto antes a los demagogos y sectarios, a los que viven de la mentira y de mirar tan solo su provecho, y a los fanáticos ignorantes para los que su lengua y su terruño son la única obra sublime de la creación. Pues incluso a estos, Feliz Navidad.

Feliz Navidad a los que sienten en su alma el latido diario de los campos solitarios que les esperan cada madrugada para proseguir su eterno y sufrido idilio; a quienes en cualquier lugar se enfrentan cada día al duro ejercicio de luchar para dar a sus hijos el mejor futuro sin esperar más recompensa que la de verlo conseguido; a los que cumplen con su deber de forma callada y ven cómo sus impuestos se emplean muchas veces en despilfarros absurdos, y a los que creen que vivir la vida con optimismo en estos tiempos es un ejercicio difícil, pero que es necesario intentarlo.

Feliz Navidad a los que a estas horas han comprobado que la suerte les ha tratado como cada año. Y a ti, que has tenido la generosidad de leerme.

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