lunes, 16 de diciembre de 2024

Feliz Navidad

 Feliz Navidad a todos aquellos que sólo con oír su nombre sienten renacer un hermoso aleteo infantil, y a los que la odian, porque el odio no entiende de destinatarios y es tan ciego y tan inconsecuente como el amor. E incluso a los que la simbolizan por esa hortera figura de Papá Noel que creó una firma de bebida.

Feliz Navidad a los que intentan que sea infeliz y a los que luchan porque no lo consigan; a los que ven como eternamente nuevo el mismo belén de todos los años y a los que abominan de mitos, quizá porque ellos son sólo realidad; a los políticos que jamás aprendieron Historia; a los nacionalistas de la chapela y a los del capuchón; incluso a estos.

Feliz Navidad a esa chica que barre la calle y que me saluda cada mañana con una sonrisa, mientras trata de sacudirse el frío de sus manos; a los que llevan ese frío en el alma porque el sol de la amanecida se olvidó de ellos; a los que les gusta cantar y no pueden hacerlo más que con voz entrecortada y ronca; a los que fueron desposeídos por la inundación y llenan sus ojos de mansa resignación; a quienes les hayan dado un trozo de pan.

Feliz Navidad a los que ya no creen en los Reyes Magos y a los que seguiremos creyendo en ellos toda la vida, aunque no sea más que por instinto de conservación; a los acebos, que ahora están espléndidos de frutos rojos y sólo quieren lucirlos en el bosque; al que sueña la utopía en una cabaña junto a la cumbre nevada y a los que lloran de frío y dolor viendo sus casas destruidas por una inesperada y maldita dana; que alguien haga algo para poder darles a esos una Navidad feliz.

Feliz Navidad a las vividoras y vividores de su propio vacío, que andan por la plaza de la fama sin que ni ellos ni nadie consigan saber por qué, y hacen buena, sin saberlo, la teoría de Bacon: la fama es como un río que lleva en la superficie los cuerpos ligeros e hinchados y sumerge a los pesados y sólidos.

Feliz Navidad a ese niño que sólo aspira a cumplir siete meses para nacer y a esa madre que morirá cuando él nazca; que las campanas del cielo repiquen por ambos.

Y feliz Navidad a quien haya tenido la buena voluntad de leer esto.

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